En Portada   |  Issue 16

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Paulinka: El arte como refugio, espejo y revolución

Paulinka: El arte como refugio, espejo y revolución

Realización & Texto Marie Anne A.   |  Junio 2025

Hay artistas que dibujan mundos; Paulinka los habita. Su obra es un lenguaje emocional que atraviesa la piel y alcanza el corazón, poblada de figuras humanas, colores vibrantes y símbolos que hablan desde el cuerpo y hacia lo íntimo. En esta entrega de VOCES, nos adentramos en su universo creativo a través de una conversación honesta sobre vulnerabilidad, procesos, independencia artística y lo que significa hacer arte en México sin pedir permiso.

Paulinka nos comparte cómo ha aprendido a soltar la perfección para abrazar el caos, cómo lo surreal ha transformado su manera de contar historias, y por qué democratizar el arte es también un acto de amor. En sus palabras hay luz, y en su trabajo, un espejo. Esta entrevista no solo revela su evolución artística, sino también la potencia de crear desde la verdad, aún —y sobre todo— cuando duele.

Marie Anne: ¿Cómo ha evolucionado tu relación con el arte desde que comenzaste a crear hasta ahora? ¿Qué aprendizajes han marcado esa transformación?

Paulinka: Mi relación con el arte ha sido como una espiral: siempre en constante movimiento y transformación. Siempre estoy buscando explorar, aprender y salir de mi zona de confort. Con el tiempo, he comprendido que no todo lo que creo tiene que ser "perfecto", y que el proceso es tan valioso como el resultado. Me he dado cuenta de que mi voz artística se fortalece cuando me permito ser vulnerable, cuando dejo que lo personal se vuelva universal.

MA: Tus piezas tienen una paleta vibrante y un fuerte enfoque en la figura humana. ¿Qué emociones buscas evocar en quien las observa?

P: Quiero que quien vea mis obras sienta algo —lo que sea—, pero que sienta. Trabajo con el color porque es una forma de expresarme que me resulta muy natural. La figura humana me fascina porque es un lenguaje compartido; todos habitamos un cuerpo, aunque cada uno cuente su propia historia. Principalmente retrato mujeres, porque sin querer, mis personajes se vuelven muy personales. En ellos a veces busco transmitir fuerza, otras veces fragilidad. Me gusta pensar que somos seres complejos, con múltiples capas. Lo que más deseo es que alguien se vea reflejado en mis personajes, que sienta que no está solo en lo que atraviesa, y que también hay belleza en lo que duele.

MA: En tu experiencia, ¿cuáles han sido los mayores retos de crear y sostener una carrera en el arte independiente dentro del contexto mexicano?

P: Uno de los mayores retos es que debes ser todo al mismo tiempo: artista, gestora, contadora, community manager, creadora de contenido... A eso se suma la sensación, a veces, de que el arte no "vale" si no es validado por ciertos espacios o circuitos. Pero justo ahí está el reto y también la belleza: resistir desde la creación, mantenerte fiel a ti misma y encontrar tus propias formas de habitar el arte.

MA: Estás desarrollando actualmente una serie surrealista y por lanzar una página web con una nueva línea de merch y prints con envío internacional. ¿Qué te ha llevado a explorar este lenguaje visual y cómo ha cambiado tu proceso creativo en esta etapa?

P: El surrealismo llegó a mí como una necesidad. Empecé a sentir que lo que quería decir no podía representarse de forma literal. Las emociones, los sueños, las contradicciones internas… todo eso me pedía símbolos, metáforas, un lenguaje más libre. Esta etapa me ha ayudado a soltar el control, a experimentar más y a jugar sin miedo.

Por otro lado, siempre he tenido la inquietud de compartir mi arte más allá del lienzo y llegar a más personas. Llevo meses trabajando en este sueño: quiero que mis obras viajen, que lleguen a personas que tal vez no puedan adquirir un original, pero sí conectar con esa energía a través de otros formatos. Siempre he creído que el arte debería ser accesible, y esta es una forma de democratizar lo que hago, de abrir el corazón en distintos soportes. Esa misma inquietud me ha llevado a explorar nuevos estilos y a aprender otras técnicas, como el arte digital, para seguir creando.

MA: ¿Cómo equilibras lo emocional con lo técnico al momento de crear? ¿Cómo sabes que una pieza está "lista"?

P: Es como un baile. A veces lo emocional me lleva a lugares caóticos, y lo técnico me ayuda a darles estructura. Pero también me pasa al revés: hay obras que nacen desde lo técnico y se van cargando de emoción en el proceso. Uno no puede existir sin el otro. Saber cuándo una pieza está lista es algo muy intuitivo, un don que se desarrolla con el tiempo. A veces hay que saber parar antes de pulir de más, para no quitarle el alma a la obra.

MA: Finalmente, ¿qué consejo le darías a otras y otros artistas jóvenes que están comenzando su camino creativo desde la independencia?

P: Les diría que sean pacientes y fieles a sí mismos. Que no se comparen, que su ritmo es perfecto. También que busquen comunidad, porque el camino se vuelve más llevadero cuando se camina acompañado. Y sobre todo, que no esperen a sentirse "listos" para compartir lo que hacen. El arte no tiene que ser perfecto para ser valioso. Ser artista independiente es un acto de amor propio y de resistencia. Sigan creando, sobre todo cuando sientan que nadie está viendo.

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