En Portada | Issue 20
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Luis Salazar. De lo cotidiano a lo editorial: La visión que transforma instantes en memorias

Luis Salazar. De lo cotidiano a lo editorial: La visión que transforma instantes en memorias
Realización & Texto Marie Anne Arreola | Octubre 2025
En VOCES siempre buscamos celebrar a quienes, desde su propio territorio creativo, están redefiniendo la manera en que miramos el mundo. Por eso, en nuestro número 20, la portada la ocupa Luis Salazar, fotógrafo sonorense que ha sabido convertir la curiosidad de la infancia en una carrera llena de propósito, sensibilidad y riesgo.
Lo que comenzó como un hobby con una cámara semiprofesional terminó abriendo camino a un lenguaje visual propio, que se nutre de lo cotidiano, de la amistad y de la experimentación, hasta proyectarse hacia el universo editorial y la moda. En esta entrevista, Luis comparte los retos de ser fotógrafo freelance en Hermosillo, el proceso detrás de sus producciones, y la importancia de la comunidad creativa como fuerza que inspira y sostiene.
Su historia es un recordatorio de que el arte se construye tanto de disciplina como de pasión, de ensayo y error, de sueños que se sostienen aun cuando parecen lejanos. Para VOCES, esta conversación representa la esencia de nuestra plataforma: amplificar voces emergentes, seguir de cerca su evolución y reconocer el talento que se gesta en nuestra región y más allá.

MARIE ANNE: Tu trabajo como fotógrafo se distingue por una mirada sensible y muy presente. ¿Cómo empezó tu relación con la fotografía y en qué momento supiste que querías dedicarte a esto profesionalmente?
LUIS SALAZAR: Mi relación con la fotografía comenzó desde pequeño. Tenía cámaras digitales con las que tomaba fotos a mis amigos, no con un plan editorial o algo parecido, sino con la intención de atestiguar esos momentos que sabía que algún día serían recuerdos. Poco a poco me fue interesando más la foto y, a la edad de 15 años, obtuve mi primera cámara semiprofesional como regalo de cumpleaños de mis papás. Recuerdo prenderla, ver las configuraciones, tomar una foto y ver que estaba mal expuesta. Genuinamente no sabía usar la cámara, no tenía conocimiento de cómo exponer correctamente. Eso me llevó a buscar tutoriales en YouTube de fotógrafos de todas partes del mundo y también de fotógrafos locales que creaban contenido sobre cómo aprender a usar la cámara. Con el tiempo fui aprendiendo e invitaba a mis amigas de la escuela a participar en sesiones de fotos solo con el fin de practicar y divertirnos. Pasó el tiempo y comencé a compartir mis fotos en Instagram en un perfil destinado a portafolio, meramente por hobby. Un día me cotizaron una sesión de fotos. Con temor mandé una cotización y me contrataron. Fue mi primera sesión pagada; recuerdo esas fotos con mucho cariño, fue una buena experiencia. Recuerdo llegar con nervio, con temor, sintiendo mucha responsabilidad porque una persona estaba confiando en mí para retratarla. Hice mi mejor esfuerzo por entregar un buen resultado con las herramientas que tenía en ese momento. Poco a poco fui tomando algunos trabajos y aprendiendo más y más sobre la marcha.
Un día de verano recibí una llamada para invitarme a participar en una producción de un video musical haciendo foto fija. Nunca había participado en algo así, pero acepté la invitación y enseguida me puse a investigar sobre foto fija en videoclips y todo lo que conllevaba. Pienso que ese proyecto despertó algo en mí: ver el mundo de una producción y todo lo que conlleva me encantó por completo. Fue entonces cuando comencé a ver más posibilidades de dedicarme a la fotografía profesionalmente, aunque en realidad el sueño siempre estuvo ahí.

MA: Has colaborado con marcas como Bossier, desarrollando imágenes que no solo son visualmente potentes, sino que construyen identidad. ¿Qué te inspira a la hora de trabajar en proyectos editoriales o comerciales, y cómo logras mantener tu sello personal dentro de esas colaboraciones?
LS: Considero que la inspiración al momento de realizar una editorial o un trabajo comercial puede venir de cualquier parte: vivencias o experiencias. Aunque siempre es bueno tener una idea semilla, saber qué línea seguir y tener claro lo que se quiere transmitir en el proyecto, hasta lograr aterrizar todo un concepto estéticamente, desde maquillaje, estilismo, dirección de arte y todo lo que será parte de la foto. En el caso de proyectos personales suelo buscar inspiración en lo cotidiano, en lo que me rodea, en pláticas con amigos, en mis sentimientos y pensamientos del momento. Últimamente estoy aprendiendo y tratando de conceptualizar más mis ideas, de darles un toque interesante y un contraste a la idea inicial.
En el caso de la foto comercial, la mayoría de las veces la inspiración o idea ya está planteada. Trato de captar el concepto lo mejor posible, entenderlo bien, proponer posibles alternativas y todo lo necesario para estar en la misma sintonía con el equipo con el que estoy trabajando. Al momento de entregar el contenido al cliente, o en proyectos personales, siempre trato de dejar mi sello, mi esencia en el resultado, apegándome a lo planeado pero siendo fiel a mi visión.
MA: Ser fotógrafo independiente en México implica navegar tanto con la creatividad como con la gestión y la resiliencia. ¿Cómo has construido tu camino profesional desde Hermosillo y qué desafíos has enfrentado a lo largo de tu trayectoria?
LS: Considero que Hermosillo tiene mucho talento en el área creativa. En mis inicios como fotógrafo tuve la casualidad de coincidir con un grupo de fotógrafos de la ciudad, y eso me llevó a conocer a personas con los mismos intereses que yo, conocer su trabajo, aprender de ellos y compartir experiencias juntos. En ese camino fui conociendo también a personas dentro de otras áreas creativas, de las cuales siempre trato de llevarme lo mejor y aprender tanto profesional como personalmente. Crear equipo y compartir ideas juntos es fundamental, al final todos llegamos a necesitar de los demás en algún momento, y qué mejor que entablar una relación de amistad además de la laboral. Ser fotógrafo freelance puede ser una relación de amor-odio, jaja. Empezar como independiente es difícil, a veces frustrante. No siempre hay trabajo; hay meses buenos y meses no tan buenos. Además, el síndrome del impostor abunda en la mente, o llega el bloqueo creativo. Estar "activo" en Instagram puede ser estresante y la comparación con otros siempre existe. A eso se suma la gestión del dinero y tener un trabajo que sostenga económicamente tu proyecto creativo. Considero que esos son algunos de los desafíos que he enfrentado estos años. Pero, a pesar de ellos y de lo complicada o estresante que pueda tornarse la situación, siempre tengo claro por qué comencé este proyecto: por el gusto y la curiosidad por lo visual, y por la motivación de compartir lo que me gusta. Pienso que todo llega cuando tiene que llegar, aunque uno tiene que trabajar para eso. También creo que las oportunidades se pueden crear uno mismo.

MA: Tus imágenes tienen una estética muy definida, pero también logran capturar lo espontáneo, lo íntimo. ¿Cuál es tu proceso creativo al construir una narrativa visual, desde la conceptualización hasta el momento de disparar la cámara?
LS: Mi proceso creativo para realizar una sesión de fotos comienza desde el momento en el que se me viene la idea a la mente. Luego comienzo a aterrizar y pulir esa idea lo mejor posible, buscando referencias visuales sobre el concepto que quiero y organizándolas en un moodboard. Ahí trato de mostrar lo más claro posible la línea visual que quiero para las fotos, y propongo inspiración para maquillaje, hairstyling y styling según mi criterio. Aun así, siempre decido confiar en la visión de los expertos en su área, cuidando que no se pierda la idea inicial del look que queremos. Si es necesario, organizo alguna junta o reunión para rebotar ideas y, sobre todo, conectar con el equipo para que todos estemos en la misma sintonía. En la etapa de preproducción busco props, telas, fondos, estudio y toda la logística necesaria para la sesión.
Ya en el set, me encargo de preparar luces y todo mi equipo mientras preparan al modelo, para aprovechar el tiempo y que todo fluya con mayor facilidad y rapidez. En el set suelen surgir muchas ideas y también se improvisa mucho, lo cual me encanta. Es de mis cosas favoritas al trabajar con personas tan creativas. Siempre estoy abierto a opiniones y propuestas al momento de disparar la foto, y sé que ellos también lo están conmigo en sus respectivas áreas.
MA: ¿Qué sueñas para el futuro de tu trabajo como fotógrafo y qué tipo de proyectos (editoriales, artísticos o colaborativos) te gustaría explorar más en esta etapa?
LS: Mi sueño como fotógrafo es trabajar en el mundo editorial de moda, en grandes producciones, revistas, marcas, artistas, etc. Realmente tengo esto presente en mi mente casi siempre. Soy consciente de los retos que eso implicaría en mi vida, pero sin duda pienso correr el riesgo. Quiero seguir aprendiendo y prepararme lo más que pueda para tener las herramientas necesarias y desenvolverme de manera positiva.
Quiero seguir experimentando, hacer fotografía creativa, y adentrarme también al mundo de la dirección creativa. Me interesa mucho esa área, y es algo que me gustaría conocer más a fondo y desarrollar mejor en mis proyectos.