Creer como acto radical: sanación y liderazgo femenino en Sonora

Realización & Texto Marie Anne A.   |  Agosto 2025

Hay lugares que enseñan a resistir antes que a soñar. Ciudades que aprenden a sobrevivir con los ojos bajos, las emociones contenidas y el alma en pausa. Guaymas, ciudad en la costa central de Sonora, ha sido por mucho tiempo uno de esos lugares: profundamente resiliente, sí, pero también herido. Por eso, cuando escuché nacer un evento como El Poder de Creer en Ti, supe que no era solo una conferencia ni una moda de bienestar. Era un símbolo. Un gesto necesario. Una grieta emocional abierta colectivamente para dejar entrar la luz.

Organizado por Jessica León y Pamela Checo, este evento se sintió como algo nuevo y al mismo tiempo profundamente ancestral: un espacio íntimo de sanación, reconexión y liderazgo femenino, en una región donde por generaciones hemos priorizado el deber sobre el deseo, la productividad sobre el cuidado, la apariencia sobre la autenticidad.

Como artista y gestora cultural, he dedicado años a crear espacios donde el arte y la palabra sirvan para conectar, sanar y nombrar lo que a veces no se puede decir. Por eso, ver este tipo de encuentros florecer en Guaymas (ciudad que muchas veces ha sido excluida de las agendas culturales nacionales), me resulta profundamente conmovedor. Porque aquí también se puede crear belleza, pensamiento crítico, transformación social.


Un despertar personal convertido en revolución colectiva

La historia de este evento comienza, como muchas transformaciones verdaderas, en lo personal. "El Poder de Creer en Ti nace de la necesidad de encontrar sentido", me contó Jessica en entrevista. "Viví dormida más de 20 años, cumpliendo con un molde de éxito que no me representaba. Hasta que decidí que tenía que haber otra forma".

Su proceso de despertar, como muchas de nosotras, comenzó al atreverse a mirar con honestidad lo que no funcionaba. "Intenté encajar en ese molde de éxito: trabajar sin descanso, acumular logros, priorizar el dinero... pero terminé desconectada de mí misma, vacía e infeliz", compartió. El punto de quiebre no fue trágico ni abrupto, sino una decisión íntima: empezar a escuchar su intuición. "Descubrí que sí es posible alcanzar el éxito sin traicionarte a ti misma, sin seguir fórmulas ajenas".

Y esa decisión, introspectiva, se convirtió en una revolución emocional colectiva. Una invitación abierta a otras mujeres a cuestionar sus creencias, a retomar su poder, a encontrar propósito sin sacrificar bienestar. "Guaymas es una comunidad que ha tenido que sobrevivir. Pero ahora también queremos sanar", afirmó Jessica con una claridad conmovedora.

A su lado, Pamela habló de la intención clara con la que nació el proyecto: "Queríamos crear una experiencia que fuera más que conferencias: una atmósfera emocional segura, amorosa, transformadora".

Y lo lograron.


Una logística con corazón, no con prisa

El evento reunió a más de cien mujeres, en su mayoría sonorenses, con trayectorias, edades y procesos distintos. Algunas jóvenes, otras madres, otras profesionales. Todas atravesadas por una misma necesidad: escucharse sin juicio, mirarse sin filtros, sentirse acompañadas.

Entre las invitadas estuvieron María Zamora —terapeuta comprometida con la sanación comunitaria— y Carolina Gómez, mejor conocida como Caro Fit, una figura nacional de bienestar que ha impactado a más de 50 mil mujeres a través de sus retos de nutrición integral. Su participación fue todo menos superficial: Caro compartió su historia con una honestidad que traspasó el escenario. Habló del cuerpo como refugio, del proceso de volver a amarse, del derecho a elegir una vida más plena.

Desde la planeación sabían que no querían hacerlo solas. "Decidimos unir esfuerzos con personas que admiramos por el impacto que han tenido en nuestra comunidad", contó Jessica. El diseño del evento, lejos de fórmulas prefabricadas, fue profundamente artesanal: contenido curado con intención, atmósfera sensorial, tiempos de descanso, cuidado en los detalles. Y también, una logística con obstáculos reales. "Uno de los retos fue la brecha digital con algunas asistentes. No todas están acostumbradas a pagos o registros en línea, así que acompañamos ese proceso con más comunicación personalizada", explicó.

Aun así, la respuesta superó las expectativas. Negocios locales se sumaron como patrocinadores, mujeres viajaron desde otros municipios, y la energía del evento fue creciendo como ola de mar: suave, pero inevitable.

Cuando una se atreve, todas avanzamos

Quizás lo más potente de El Poder de Creer en Ti fue lo que no estaba en el programa. Los gestos espontáneos. Las lágrimas sin juicio. Los testimonios que emergían entre conferencias. Una joven confesó que, por primera vez en años, se sentía con permiso de hablar de su ansiedad. Otra compartió que llevaba mucho tiempo sin mirarse al espejo con amor. Y una más agradeció que alguien finalmente dijera en voz alta que vivir no debería doler todo el tiempo. "Hubo muchas que llegaron solas, con miedo… pero no se sintieron solas ni un segundo", recuerda Jessica. "Ver a las mujeres abrazándose, reconociéndose, fue lo más valioso del día".

Pamela también lo vio con claridad: "En un mundo que nos empuja a vivir desde la apariencia y la prisa, volver a conectar con lo que realmente somos es urgente. Este tipo de espacios son una invitación a hacerlo".


¿Y ahora qué? Lo íntimo como política cultural

Desde mi lugar como creadora y habitante de esta tierra, me resulta inevitable preguntarme: ¿estamos listas para más espacios así en Sonora? Jessica responde sin dudar: "Sí. Pero no solo estamos listas, lo necesitamos. Y no solo las mujeres. También los hombres deben ser parte de esta conversación, aunque todavía existen mandatos que les impiden acercarse".

Pamela lo complementa: "Hay un despertar. Cada vez más personas están mirando hacia adentro. Pero también necesitamos normalizarlo. Invertir en el bienestar emocional debe dejar de ser un privilegio o algo esporádico". Porque cuando una mujer se atreve a creer en sí misma, no sólo transforma su vida. Rompe cadenas generacionales. Abre caminos. Invita a otras. Lo personal se vuelve político, y el cuidado deja de ser invisible.

El Poder de Creer en Ti no fue un evento. Fue un umbral. Una memoria viva de lo que pasa cuando decidimos, juntas, que nuestra historia merece ser contada con dignidad, con propósito, con amor.